En este penúltimo artículo sobre el Marketing de los Servicios Públicos intentamos centrarnos en lo que podríamos denominar su «Óptica de Demanda», es decir la consideración del ciudadano como cliente de dichos servicios.
- Para ello, además de mejorar la propia calidad de los mismos, será necesario conocer todas las necesidades y expectativas que tengan esos clientes e implantar una auténtica política de Comunicación tanto externa, dirigida a los usuarios, como interna para aumentar, si es posible, el orgullo de pertenencia de los trabajadores públicos y su disposición de servicio.
Ante la situación descrita en el artículo anterior que, insisto, en la mayoría de las ocasiones responde a imágenes obsoletas del pasado o a la descalificación interesada de las prestaciones, no cabe otra solución que aplicar las recomendaciones que indicaba la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en su New Public Management elaborado por el Comité de Cooperación Técnica de dicho organismo.Estas recomendaciones se centraban, principalmente, en dos aspectos de Marketing fundamentales: contemplar al ciudadano-usuario de los servicios como un auténtico cliente, es decir aplicar una Óptica de Demanda, y fomentar, en lo posible, una sana competencia que ponga «las pilas» a todos los integrantes del mercado, en especial a las administraciones e instituciones públicas.Con otras palabras: aplicar una Estrategia de Marketing real que facilite a los ciudadanos el acceso a estos servicios, considerando, por parte del prestador, los deseos y necesidades de aquellos, y teniendo como única limitación el presupuesto disponible.